Desde mi lugar, desde mi opinión favorable a
las políticas del Gobierno Nacional, quiero compartir públicamente un humilde y
personal punto de vista sobre lo que me parece interpretar en las distintas
opiniones vertidas en distintos espacios que nos brinda las nuevas tecnologías de comunicación o en cartas de lectores de distintos medios.
Es notable encontrar en dichas opiniones
coincidencias conceptuales que destilan un odio visceral a todo lo relacionado
al Gobierno Nacional, más específicamente consustanciadas en la figura de la
Sra. Presidente de la Nación. También de muchos otros que la defienden y tratan
de hacerles notar a aquellos otros, lo equivocados que están, sobre todo en
odiarla.
Concretamente, podemos afirmar que existen
en esas opiniones dos posturas muy antagónicas: "los anti, los contra de" y "los
pro, los a favor de" el modelo de nación que propusieron e implementan -como se
los denomina habitualmente- los "K". Sin pretender hacer un análisis
cuantitativo de dichos sectores y mucho menos calificativo, es mi intención
reflexionar, debatir sobre la lógica y elemental pregunta que surge desde esta
observación: ¿qué es ó cuál es la base de sustento de este
antagonismo?
Desde un mero análisis de la realidad de la
historia reciente de nuestro país, podemos coincidir los dos grupos antagónicos,
que la Argentina ha superado y para bien la peor crisis socio-económica de su
historia. No hace falta abundar en detalles sobre los hechos que padecimos todos
los argentinos hasta la eclosión del 2001. Menos recordar esa deplorable
realidad que nos tocó padecer. Solo la menciono como ejemplo del análisis que
estoy tratando de esgrimir ya que es en lo que sí se coincidirá, la realidad
objetiva. Entonces, si coincidimos en esto, ¿por qué tanta bronca acumulada?
Mi conclusión: esas posturas de los "anti o
los contra de", más allá de razones entendibles o de cuestionamientos aceptables
que les podemos conceder sobre algunas características del modelo, ya que no
es perfecto sino perfectible sin lugar a dudas, están alimentadas desde lo que
se denomina "la cadena del desánimo de los impulsores del odio" No se puede
entender de otro modo. Según desde el medio que me informa y de la confianza que
deposito en él, sea leyendo, viendo o escuchando es como me genero opinión y
tomo una posición acorde.
La realidad objetiva es que en los países
del primer mundo, por la aplicación de las mismas políticas de ajustes que
padecimos los argentinos, hay gente que está perdiendo todo; su trabajo, su
casa, su dignidad y lo que es peor, cuando salen a la calle y reclaman por sus
derechos, los atacan a palos y a balazos. Es una situación muy desagradable para
cualquier ser humano sea del país que fuere y de las que deberíamos
solidarizarnos con quienes lo padecen. No creo que sea esto lo que queramos para
la Argentina.
Por ello y para finalizar, no nos dejemos
influenciar por el odio y el desánimo. Hay mucho por mejorar por supuesto. Pero
en lugar de canalizar energías negativas amplificadas por los cultores del odio,
del miedo y que nos quieren meter modelos influenciados desde sus intereses
sectoriales, aprendamos a respetarnos como humanos que pensamos diferentes pero
que en la tolerancia debatimos las acciones para acordar equilibrios que permitan una
convivencia más igualitaria, más inclusiva.
Qué todos podamos satisfacer por derecho
elemental y universal nuestras necesidades básicas. Esto es lo que cualquier
Gobierno y Estado debe garantizar, el bien común. Que todos, absolutamente
todos, por el solo hecho de ser persona con derechos, podamos desarrollar en
igualdad de oportunidades de trabajo los recursos necesarios
para una alimentación adecuada, una vivienda digna, educación y salud
garantizada. Esto es lo verdaderamente importante y por lo que todos deberíamos
bregar y protagonizar desde el lugar que nos encontremos.
Características estas
que sin dudas se están tratando de articular hoy en la Argentina y por ello las
apoyamos una gran mayoría de argentinos. Los que no las compartan, deberían
proponer alternativas que nos hagan notar que son superadoras para lograr esos
objetivos y seguramente los estaremos acompañando. La construcción es entre
todos, unidos y organizados.