En estos días, por casualidad, pude ver por tv un informe,
creo del Banco Mundial (la duda se debe a que este tipo de información
no se difunde en ningún lado, menos en los medios dominantes -lo que conocemos
como ocultamiento de información-) posicionando a la Argentina en el primer
lugar, comparándose con Chile, Brasil, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia,
Ecuador, Venezuela, entre otros países que no recuerdo, en cuanto a los alcances
adquisitivos del salario mínimo y en cuanto al crecimiento de la clase media en
los últimos años, mediciones tomadas, me parece, que hasta el
2009-2010.
Estos datos muy elocuentes y positivos
-reitero que no se difunden o se difunden poco- y que son de organismos
internacionales que no simpatizan con las políticas macroeconómicas
desarrolladas por nuestro Gobierno Nacional- corroboran y permiten afirmar que
se están haciendo las cosas bien y acertadamente en nuestro País.
Entonces, ¿por qué tanta mala onda, tantas
operetas para instalar o cultivar la cultura del odio? Si ha crecido tanto la
clase media en nuestro país que nos coloca en primer lugar comparativamente con
todos los países de Latinoamérica, entre otros, ¿por qué hay mucha gente que no
asocia su mejoría socioeconómica con las políticas públicas que se vienen
desarrollando en esta década, que son justamente las que han permitido esa
mejoría?
No pretendo realizar ningún análisis que
intente responder estos interrogantes. No estoy capacitado para ello ni es el
sentido de este comentario. Solo pretendo formular humildemente una expresión
que aporte alguna reflexión a la comunidad en general, aunque a la clase media
en particular. Una reflexión desde el sentido común, aunque pueda interpretarse
como alguna proclama electoralista. No importa. Las cosas son como son. La única
verdad es la realidad.
Esa realidad, nos marca que los argentinos
en general y los rafaelinos en particular, vivimos tiempos mejores de los de
hace unos años atrás. Hay muchos indicadores visuales que nos reflejan esta
realidad. Basta con recorrer un poco los distintos barrios para darnos cuenta de
ello. Esto no quiere decir que no tengamos problemas y necesidades, pero sin
dudas hemos avanzado y seguramente engrosado esas estadísticas de las que
hablamos al principio.
Y esta realidad, seguro se debe a
importantes esfuerzos personales, propios que hemos y estamos realizando. Pero,
sin lugar a dudas, también se debe al modelo de país con el que contamos desde
hace más de diez años que permite que todos esos esfuerzos personales puedan
desarrollarse. Sin esas condiciones socioeconómicas, sin esas políticas públicas
no serían posible incrementar e igualar las oportunidades, si no se contara con
un escenario facilitador, todos esos esfuerzos propios no tendrían manera
de desarrollarse. No nos engañemos, no hay mejora individual o familiar posible
sin un escenario social, político, institucional, macroeconómico que lo
permita.
Nos demos cuenta o no, los
principales beneficiarios de este modelo de país somos los trabajadores. Las
estadísticas internacionales mencionadas al comienzo lo avalan. Son muy buenas
noticias. Hay una realidad mejor de la que se nos quiere hacer creer, darse
cuenta de ello es lo que -aparentemente- le hace falta a muchos que han sido
beneficiados y que hoy son representantes de esa clase media que ha crecido,
tanto en el país como en Rafaela.
Darse cuenta de ello es lo que nos hace
falta a muchos. Y al darnos cuenta, debemos protagonizar la defensa de este
modelo que lo hace posible. Esperemos nos demos cuenta antes de que sea
demasiado tarde. Pensalo y tenelo en cuenta antes de definir tu voto el próximo
27 de Octubre.