
Se trató de la culminación de una serie de encuentros que se desarrollaron sobre Historia Argentina, actividad conjunta llevada a cabo por: CTA Castellanos - Área Extensión a la Comunidad del Centro de Formación Profesional Nº 5 - Biblioteca Popular "José Manuel Estrada" - Fundación Espacios, Aprendizajes y Capacitación - Instituto Santafesino de Políticas Públicas.
Nos acompañaron: la Diputada Nacional Ana Berraute, el Diputado Provincial José María Tessa y el Diputado Provincial Ricardo Peirone.
En forma conjunta reflexionamos acerca de qué es la democracia, cómo debería ser, qué deudas ha dejado, qué es lo que deberíamos reformular.
Se planteó que a partir del `84 se inició un proceso de desmovilización cuya principal consecuencia fue la desorganización del pueblo argentino. Esto determinó que las cuestiones que la democracia debía cumplir, no se llevaran a cabo.
Además de esta situación, el pueblo se hallaba empobrecido, con necesidades básicas insatisfechas, lo que facilitó el clientelismo y con ello se les fue cercenando a los argentinos la posibilidad de luchar por sus propios derechos.
Posteriormente en los `90 se produce una continuidad del proceso iniciado en el `56 y culmina en las políticas neoliberales, lo que significó una entrega del patrimonio nacional.
Además, el proceso militar nos dejó una herida muy profunda que acentuó la desorganización de los argentinos: el miedo a hablar. El gobierno de hoy terminó con ese terror, un ejemplo de ello son los juicios a los genocidas, una cuestión que fue saldando la democracia poco a poco. Sin embargo, no es completa hasta que la gente no pueda pensar, sentir y hacer libremente y, sobre todo, con necesidades básicas satisfechas.
Entonces, podemos decir que la democracia ha dejado cuestiones que saldar y que requieren de una participación de todos: la desorganización del pueblo argentino que no le permite sostener lo bueno que se hace y luchar por los derechos que faltan, y por otro lado, la desunión del campo popular.
Por ello, el gran desafío que tenemos es unirnos ante el avance fuerte de los sectores de derecha. Dependerá del poder que seamos capaces de construir los pueblos para revertir esta situación.
El planteo del fin de la historia, del fin de las ideologías tuvo como objetivo desmovilizar a los trabajadores, robarles el espíritu de lucha. El kirchnerismo, sea por conveniencia electoral o por convencimiento propio, terminó con el régimen del terror y planteó la posibilidad de utilizar a la política como herramienta para transformar la realidad. Los pueblos nos salvamos uniéndonos y esta es una discusión que debemos disputar y ganar porque en ella nos han vencido. Desaprovechar este momento histórico seria echar a la basura las luchas que miles de compañeros, desde el anonimato colectivo, fueron y van dando por un país más justo y solidario.
La historia se construye y transforma de manera colectiva y es participando como vamos construyendo y conquistando la democracia.