Por Miguel Angel Gonzalez

-------
Abro los ojos. Es la semana previa al 22N. Soy Miguel, hijo de Alejandro, obrero de 42 años de servicio en la industria frigorífica. Murió el 11 de setiembre de 2002, un Día del Maestro, habiendo sufrido la amputación de sus dos piernas. En los últimos 11 penosos meses de su vida el PAMI no brindó servicios. No, no es que no le cubría su enfermedad: el PAMI había dejado de existir. Entre sus liquidadores estaba un tal....sí, un tal Rodríguez Larreta, quien ahora me habla desde la tele quejándose del "estilo agresivo" del candidato oficialista. Caradura..... Soy Miguel, hijo de Gladys, que murió de cáncer a los 54 años, en 1983. Murió sin ver la vuelta a la democracia. Sin poder elegir al gobierno que le hubiera gustado tener. Murió sin soñar que las amas de casa, de nuestra casa, la de los González, podría algún día tener una jubilación digna.
Tengo los ojos abiertos. Soy hijo de trabajadores. Hermano de trabajadores. Padre de hijos para los que deseo un buen trabajo. Primo de trabajadores. Sobrino de trabajadores. Tío de trabajadores. Esposo de una trabajadora. No hay en mi árbol genealógico ni financistas, ni empresarios, ni profesionales, ni nuevos ricos, ni viejos ricos. Aprendí a leer en la escuela pública. Me hice adulto en la escuela pública. Buceé en los misterios de la historia cursando el Profesorado en un instituto público. Me gané la vida como metalúrgico, como gastronómico (sirviendo mesas, no sólo comiendo) como periodista. Laburé, desde los 16 años, para pagarme el viaje de egresados, para vestirme, para ayudar a la familia, para mantener mi familia. Alguna vez me torcieron el lomo a fuerza de humillaciones y desgracias. Nunca más me volverá a pasar.
Sí, tengo los ojos abiertos. Cuando cierro los ojos puedo imaginar quienes festejarían. Cuando los abro veo quiénes me rodean. Miro mi vida, mis afectos, mi historia, mi cuna, mi infancia, mi futuro. No, no puedo traicionarme. No puedo hacer la plancha, dejar que todo fluya y que sea lo que Dios quiera. No. Si puedo hacer algo, si puedo connvencer a alguien que para allá está el precipicio y para acá está la esperanza, algo tengo que hacer. Y lo digo. Lo grito. Aunque moleste.
#NOAMACRI