Por Carlos Pedemonte

Este cuento tiene el privilegio de ser el mas difundido del mundo y además el único destinado a los niños donde triunfa el mal. Se cree que su origen proviene de una antigua leyenda egipcia, tiene cientos de versiones, aunque la más conocida desde 1812 es una adaptación suavizada de los hermanos Grimm, donde aparece la figura del leñador que salva a Caperucita y su abuela. Digo suavizada porque en el texto original de 1697, las dos eran devoradas definitivamente. Como todos los cuentos nos deja un mensaje, donde el lobo representa el mal y la astucia para engañar, siendo que Caperucita no representa el bien, sino la ingenuidad necia, que la llevaría a sufrir un enorme daño, a ella misma y a su abuela.
La ultima elección presidencial también nos ha dejado varias enseñanzas y sorpresas, la primera de ellas es que a través de la continuidad de la democracia y la recuperación de los derechos, en estos últimos doce años de progreso, la gente consiguió desarrollar un sotobosque social nutrido y fuerte, que pugna por emerger y dar sus primeros pasos lejos de los paternalismos o protectorados, civiles o militares de los últimos cien años. Consciente de los peligros, pero plenos de seguridad se animan a dejar la casita de los viejos, enfrentando el futuro, como un desafío posible de lograr. El último intento fue en el año 1999 cuando asume De La Rúa, el pueblo apoyo masivamente el cambio propuesto por la Alianza, con la misma alegría y entusiasmo, para terminar con los vicios del menemismo. El resultado fue desastroso, sufrimos la mayor corrupción institucional del país, el endeudamiento y la entrega de la Nación fue absoluta. En el año 2001, la crisis social estalló y ese experimento acicateado desde los medios corporativos y grupos de poder económico, nos costó la casi disolución de la nación y cuarenta muertos. Las polémicas medidas que adoptó el gobierno actual, y la conformación del gabinete echó por tierra el tan promocionado salto de calidad institucional, esa mentada búsqueda de la excelencia, proclamada por todos los medios corporativos, fogoneada por el panfletario Marcos Aguinis y también el discípulo de Mariano Grondona, Pablo Rossi. Algunas de las figuras elegidas que destacan son: Laura Alonso, jefa de la oficina anticorrupción, no es abogada (requisito por decreto reglamentario, ley de creación de la OA. Sturzenneger, va a BCRA, procesado por defraudación en el megacanje, Prat Gay, ministro de economía, imputado en lavado de activos y fuga de capitales, como administrador de la fortuna de Amalia Fortavat. Aranguren, Ministro de Energía, ex CEO de Shell, imputado por delitos contra el mercado de capitales, Lombardi a Medios Públicos, imputado por desvíos de fondos de Cultura hacia la Fundación Pensar. Carolina Stanley, Ministra de Desarrollo Social, imputada por contrataciones ilícitas y desvíos de fondos. Otros brillan por sus dichos como Carlos Manfroni, en asuntos legislativos del ministerio de seguridad, que dijo: "La democracia y la libertad son productos de la hedionda Revolución Francesa, que para peor también fabricó el amor a la Humanidad, puro onanismo intelectual". Atendiendo a las promesas electorales, recordemos "CAMBIEMOS", se esperaba mayor rigor en las designaciones, para así demostrar la voluntad de cambio, al menos en las formas, que tanto molestaban en el gobierno saliente. A pesar de esto, la esperanza siempre vence al temor, respondiendo a una condición de superación desde los inicios de la humanidad, las decisiones son siempre difíciles, y nunca está ausente la posibilidad de actuar con ingenuidad o ser necio como Caperucita, a pesar de sentir el mal aliento.