No
es sencillo aportar medidas concretas como herramientas para adoptar
en lo social, jurídico, económico, educativo, y que sirvan para
mejorar la calidad de vida de todos y todas.
Esas
medidas deberían ser el resultado de un debate político,
social-comunitario serio y participativo. Que se garantice
estructuralmente esa participación. Todos los grupos étnicos del
país deben expresarse. Creo también que habría que instrumentar
rápidamente la salida del sistema de vida capitalista ya que muchas
de las conductas que atentan contra la calidad de vida de la
humanidad, provienen de la perversidad de este sistema que solo
permite una mayor concentración de riqueza cada vez mayor y cada vez
más en menos manos. Es desde allí, que generalmente se imponen políticas
sociales, económicas, jurídicas y educativas, que permiten sostener
esos privilegios mezquinos y elitistas.
Garantizar
el respeto de la diversidad étnica, cultural, la identidad de los
pueblos, el uso común de los bienes de la naturaleza, debe ser el
resultado del repensarnos como sociedad, darnos un nuevo orden
jurídico, de representatividad, de organización estatal. Una nueva
Constitución Nacional y Latinoamericana. Conformar un Estado
Plurinacional como se ha hecho en Bolivia, en estos tiempos jaqueado por
la insensatez criminal de los intereses imperialistas. Siguiendo con
Bolivia, y a modo de ejemplo que refuerza lo que intento expresar,
recuerdo parte de las palabras del Papa Francisco ante los
Movimientos Sociales del mundo reunidos en ese país hace ya unos
años: "(...)
este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo
aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo
aguantan los pueblos, tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre
Tierra. La primera tarea es poner la economía al servicio de los
pueblos. Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio
del dinero. Digamos no a una economía de exclusión e inequidad
donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata, esa
economía excluye, esa economía destruye la Madre Tierra... La
distribución justa de los bienes de la tierra y el trabajo humano no
es mera filantropía, es un deber moral. Para los cristianos la carga
es aún más fuerte, es un mandamiento. Se trata de devolver a los
pobres, a los pueblos, lo que les pertenece..."
Cerrando
este aporte de hoy, voy a citar al sociólogo -Premio
Libertador al Pensamiento Crítico-
Atilio Borón. En su libro "América Latina En La Geopolítica
del Imperialismo" dice:
"(...)
Ciertamente, los movimientos sociales y los pueblos de Nuestra
América y del mundo afrontan la maginitud de una crisis que en sus
diferentes aspectos (económico, ambiental, alimentario, energético,
de guerra y militarización, etcétera) tiene la profundidad de una
crisis civilizatoria. No es sólo el horizonte lejano de las luchas,
sino también y especialmente la interpelación urgente de la
coyuntura. Hace casi cuatro décadas, Eduardo Galeano popularizó la
imagen de América Latina con sus venas abiertas, hoy trágicamente
esas venas están siendo sangradas aún más profusamente, y una
"sociedad con fines de lucro" de poderosos y canallas,
locales y extranjeros, se enriquecen a sus costillas. Pero en las
disputas por los bienes comunes de la naturaleza también se tejen
las resistencias, las alternativas y los sueños de nuestros pueblos.
Enarbolan las programáticas y los horizontes emancipatorios
surgidos, discutidos, explorados en estas últimas décadas de luchas
y organización de los movimientos sociales y populares, de las
clases y grupos subalternos. Ofician de brújula estratégica frente
a los desafíos que se abren hacia adelante."
(Último
párrafo Pag. 294).
En
estos tiempos que una pandemia mundial desnuda con mayor dramatismo
el fracaso de este perverso sistema de vida que llamamos y conocemos
como capitalismo, nos exige desde ya y nos urge construir un sistema
alternativo. Para nosotros claro está, esa alternativa la
denominamos “BUEN
VIVIR O VIVIR BIEN”,
esa filosofía de vida milenaria que caracteriza a nuestros pueblos
originarios. Como creo también, -rescatar del mismo modo- los
conceptos de “Comunidad
Organizada” y
de “Tercera
Posición”
expresados en el peronismo.
Será nuestra responsabilidad ahora y en adelante -al cultivar este
pensamiento crítico- oficiar de militantes que promuevan esta toma
de conciencia y desde allí, desde un debate comunitario
"refundacional"
definir las medidas de orden social, jurídico, económico,
educativo, que se deben adoptar para el mejoramiento de la calidad de
vida de los distintos grupos étnicos del país.